Hoy es un día
terrible. Porque es exacto a los demás. O sea, lleno de peligros… Podría
asomarme a un balcón y aullar como un perro a la Luna. O dejarme caer del
balcón a la calle. O enamorarme locamente del primero que pase…de ti. No para
recuperar lo irrecuperable, sino para empezar otra vez – la misma y de la misma
forma: a tientas y a ciegas- el amargo proceso de la desilusión.
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