martes, 31 de mayo de 2011

Trazos

Cuando le dejaba atrás y se sumía en la soledad que solía encontrarse su casa, allí se empezaba a remover su interior y se sentía mal, mal no por su comportamiento irrazonable y egoísta...es más, ese era el problema, se sentía mal por no avergonzarse de su ego, por no querer coger el teléfono y marcar los nueve dígitos que tan de memoria se sabía o al menos mandarle un mensaje a su móvil, por ser tan estúpida de no hacer nada, simplemente arroparse en un rincón de su casa, esperando a que de nuevo vuelva, a que sea él quien pida perdón y se sienta culpable. Se daba asco para qué mentir, pero no sentía culpabilidad por ser escoria.

sábado, 21 de mayo de 2011

Ya lo sabes.


Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa,
enciendo un cigarrillo,
ordeno mis papeles,
resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse,
soy esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.

Entrégame tu abismo, lo cubriré de sueño.


Sólo tienes que tomarme,
disolverme bajo la lengua,
tragarme,
sólo tienes que beber un poco de agua.
Sé qué hacer con la desgracia,
cómo sobrellevar una mala noticia,
disminuir la injusticia,
iluminar la ausencia de Dios,
escoger un sombrero de luto que quede bien con una cara.
A qué esperas,
confía en la piedad química.

Eres todavía un hombre (una mujer) joven,
deberías sentar la cabeza de algún modo.
¿Quién ha dicho que la vida hay que vivirla arriesgádamente?
Entrégame tu abismo,lo cubriré de sueño,
me estarás agradecido (agradecida)
por haber caído de pies.

Véndeme tu alma.
No habrá más comprador.

¿Qué te duele?


¿Qué te duele mujer?
¿Dónde me dejas?
¿ En qué palabra de tu cuerpo te detienes?
¿En qué palabra de tu cuerpo me escondiste?
¿En qué rastro soplaste, heriste, olvidaste
 nuestro disimulo, nuestros lenguajes de imágenes fortuitas?

¿Qué te duele mujer?
¿Dónde me dejas poner mi mano,
 plantar una pregunta,
 ocultar una herida?
¿Qué herida,qué palabra te preña,
  te supura,te sangra, te acontece?

¿Qué te duele mujer?
¿Por qué me dueles tanto?

Miguel Agudo.

¿Se ha ido el otoño o nosotros?

Se ha ido el verano como un aroma cálido que se disipa...
¿Se fue el verano? No; somos nosotros quienes nos alejamos, navegantes en nuestra engañosa ilusión de inmovilidad. El verano permanece en su sitio- inconmovible, sólido, rotundo- a la espera de su turno jubiloso y anual, mientras nosotros, frágiles, cambiamos de mano y de postura como danzarines que emprenden los pasos nuevos de una azarosa contradanza... Nos hemos ido del verano. Quizá por eso yo me siento hoy más sola. Como si nada me asegurase la llegada de Él, que no puede tardar. ¿Habrá acabo todo?No aún no, sin embargo, hay muchas cosas que nunca volverán. La canción de este otoño no tiene ya estribillo. No es que las cosas mueran, es que nosotros nos hemos ido de ellas igual que se va un río. Somos nosotros los que no volvemos.

¡¡Para!!

http://www.youtube.com/watch?v=YDDJlz3KooQ

El hombre desarrollado.

El hombre consiguió desatarse de las trabas que le impedían pensar y obrar libremente; el hombre, hoy, estaría dispuesto a ejercitar su voluntad. Pero no la tiene, y además ya no sabe. Se ha perdido a sí mismo. Y tras su máscara de euforia por vivir en una época tan avanzada, oculta un clamor de soledad y de impotencia. Tiene en sus manos una vida que, al no ser vivida, le conduce a la desesperación, y lo empuja a admitir cualquier ideología o cualquier líder o cualquier moda con tal de parecer diferente sin serlo; con tal de ser considerado como individuo sin que le obliguen a recorrer el proceso, largo y afilado y penoso, del pensamiento individual.

No cuentan cómo dices amor cuando me ladras


Los diccionarios, camino de palabras,
cuentan que la palabra amor y la palabra amigo
son palabras hermanas.
Me buscas siempre y yo nunca te encuentro,
y aunque mi voz te diera y la pusiera en tu alma,
mis palabras tú las harías otras,
y aunque yo viera el mundo a través de tus ojos,
otro mundo sería.
La sutil diferencia del nosotros nos separa
y nos lleva la una a la otra, amada amiga.
Qué puede importar que rías con el rabo,
que corras a mi lado, que me llenes de babas...
Los diccionarios no cuentan cómo dices amor cuando me ladras.

Elige la vida

Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disk y abrelatas eléctricos. Elige la salud: colesterol bajo y seguros dentales, elige pagar hipotecas a interés fijo, elige un piso piloto, elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige el bricolage y pregúntate quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el puto sofá a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida.

Ni como la primera,ni como la última ni como la única.

Por mucho que lo digas, el amor de tu vida ha cambiado de objeto y de pretexto, de asiento o de postura, pero ha sido siempre el mismo: algo que va y viene, una cosa accesoria… No te engañes, tú a lo que aspiras es a que no te hundan súbitamente el mundo. El amor se desluce, se mustia. Como tú… Tú no has amado de verdad (…) No hagas mohines. Estás ileso. Ileso y moribundo. Tienes razón: Tan moribundo como antes. Nunca has amado comos si fuese la primera vez, como si fuese la última vez, como si fuese la vez única… Porque no eres capaz. Estás rodeado de ruinas; no obstante, reconócelo, entre esas ruinas no se encuentra tu cadáver. Tú estás moribundo pero vivo; no ileso, pero vivo.
.

Volver al redil

- No es tarea sencilla ser fiel a uno mismo. Primero, hay que avanzar mirando el propio corazón, que señala al norte lo mismo que una brújula. Y has de crecer de acuerdo con él, lo que implica oponerse con denuedo a las contracciones. Y hay que aprender de cuanto nos rodea o conseguimos, del amante al amigo, del colega al oponente, es una emanación de nosotros mismos de la que no podemos culpar a nadie. Y hay que encararse a los obstáculos que nos plantean desde fuera, para convencernos de la vuelta al redil de la superficialidad, que no es nuestro redil. - Estás pensando demasiado… No lo dudes: tienes que hacer un viaje. Tienes que distraerte. Tómate unos días para centrarte y olvidar. - Es decir, para volver al redil más cómodo: para volver a no ser yo; para mandar a paseo al yo mismo que he empezado a atisbar y con el que acaso empiezo a reencontrarme.

La muerte.

Y por primera vez reflexionó sobre la muerte. Está sentada y me espera. Sin impaciencia, creo. Y yo voy acercándome. No sé dónde la encontraré, a la vuelta de qué recodo percibiré sus ojos y reconoceré sus manos transparentes… No, no se muere de improviso, sino que se va uno muriendo con cada cosa, con cada persona que se nos va de nuestras vidas. Me he ido muriendo con tanta gente ya… No será muy difícil cortar los hilos. Pronto, no sé cuándo, no me sentaré más en este sillón,(…) no bajaré más esa escalera; no veré más esos acantos del jardín, ni oleré este aire de principios de abril que mueve los laureles como diciendo adiós…

Sordo y total.

No era un dolor agudo el que le desgarraba, ni acaso se sentía desgarrado. Se trataba de un dolor sordo y total. Se trataba de una permanente inquietud. Se trataba de buscar algo que se ha perdido, y que no es recuperable, y que no te deja de veras ocuparte de nada más que de seguir buscando. Antonio Gala.

Deseo

Muchas personas desearían que alguien las rescatase de sí mismas... Que las sacasen volando de su piel hasta la piel de otra persona...¿Yo? Yo sólo deseo ser la misma una semana entera pero entonces irónicamente sería una persona distinta.

Paquetes.

"Desde que nacemos intentamos averiguar quiénes somos pero cuando ocurre algo traumático, creamos modos de sobrevivir. A menudo nos rompemos en pedazos y abandonamos las partes más vulnerables de nosotros mismos, las metemos en ordenados paquetes y las tiramos. Luego nos pasamos la vida buscando los paquetes con la esperanza de conocer a alguien que nos ayude a encontrar los trocitos rotos y perdidos de nosotros mismos."

Posibilidades.

Prefiero el cine. Prefiero Dickens a Dostoievski. Prefiero que me guste la gente a amar a la humanidad. Prefiero no afirmar que la razón es la culpable de todo. Prefiero las excepciones. Prefiero salir antes. Prefiero hablar de otra cosa con los médicos. Prefiero lo ridículo de escribir poemas a lo ridículo de no escribirlos. Prefiero en el amor los aniversarios no exactos que se celebran todos los días. Prefiero a los moralistas que no me prometen nada. Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula. Prefiero los países conquistados a los conquistadores. Prefiero tener reservas. Prefiero el infierno del caos al infierno del orden. Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras planas del periódico. Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas. Prefiero los perros con la cola sin cortar. Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros. Prefiero los cajones. Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado a muchas otras tampoco mencionadas. Prefiero el cero solo al que hace cola en una cifra. Prefiero el tiempo insectil al estelar. Prefiero tocar madera. Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo. Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad de que el ser tiene su razón. Wislawa Szymborsca.

HEY YOU!!

¡Hey tú! Allí afuera en el frío, Quedándote solo, haciéndote viejo, ¿Puedes sentirme? ¡Hey tú! Parado en el pasillo Con la picazón en tu pie y una sonrisa que se descolora ¿Puedes sentirme? (...) ¡Hey tú! Allí afuera, Solo, sentado desnudo junto al teléfono. ¿Quieres tocarme? ¡Hey tú! Con tu oído contra el Muro, esperando a alguien a quien llamar, ¿Quieres tocarme? ¡Hey tú! ¿Me ayudarías a llevar la piedra? ... Abre tu corazón. Estoy volviendo a casa.