sábado, 3 de septiembre de 2011

Síntomas de insomnio.

Mi ego es aficionado a coleccionar lágrimas y por ello me prohíbe derramarlas por mis mejillas, - vaya derroche, guárdalas que de aquí a un tiempo estas lágrimas habrán incrementado su valor, es una buena inversión querida.- me dice. Le obedezco para recompensarle por todos los años que le ignoré mientras mis ojos se quedan pobres de lubricante emocional. Hay veces que me deja exteriorizarlas porque no tienen gran valor, son esas semillitas de plástico que nada tiene que ver con la plata y no valen nada ni valdrán nada, esas sí, a esas las dejo vivir, las dejo nacer y las dejo morir y me emociona pensar que se evaporarán de mi camisa y junto a otras moléculas serán nubes, acabará aterrizando en un sitio muy lejano y ellas serán una de las causas, partícipe sin duda, de que alguna persona se sienta afligida por culpa del cambio climático y quizá llore sin sentido alguno sólo porque el “tiempo está tonto”, lágrimas sin valor se unirán pues a la mías o tal vez haga que el olor a lluvia le excite, como me excita a mí… Es mucho soñar esto ¿Verdad? No queda lugar en esta vida moderna, mis sueños quedan anticuados, los sueños en general. Pienso finalizar dentro de una hora… pero no sin antes avisar a mi ego de que como sigamos así moriremos ahogados. Malditas aficiones…

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