domingo, 24 de julio de 2011

Reflexionemos antes de flexionar.

No sé si te ha pasado alguna vez que vas por la calle, o estás en el autobús, o en el supermercado y de repente ves a alguien con… no sé como explicarlo… ¿Magia? Sí, magia. Tal vez no es una persona guapa ni si quiere tiene algún rasgo destacable pero pasas los días con su imagen en la cabeza y te preguntas qué vida tendrá, cuándo habrá sufrido o reído, cuánto habrá besado y cuántos besos le habrán rechazado, cuánto de enamorada ha estado y cuánto habrá odiado… no sé. Yo me fijo mucho en esas cosas, ¿Y si yo he conseguido que alguien también, durante un tiempo, se las pase preguntándose por mi vida con mi imagen en la cabeza? Imaginando quién soy.
Por eso he decidido dedicar estas palabras a todas aquellas personas que nuestras vidas se han cruzado por un lapso corto y ya ni me recuerdan, a todas aquellas que han ocupado un lugar en mi mente o viceversa, sin haberme ofrecido nada ni yo haberles pedido, por sólo un cruce de miradas en el lugar más inesperado. Por todos vosotros me miro por las mañanas en el espejo y no me despego de él hasta que no estoy convencida de que puedo aportaros la imagen que yo deseo inspiraros, para algunos será negativa y para otros... lo contrario.

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